Cuando el ego interfiere en las buenas decisiones
Hoy quiero compartir una reflexión poderosa que surgió en un congreso de
auditoría interna al que asistí. La organizadora del evento abordó un tema
clave: cómo el ego puede interferir en nuestras decisiones y llevarnos a sobre
reaccionar en momentos críticos. Ella destacó tres elementos esenciales para evitar que el ego nuble nuestro
juicio: humildad, autoconocimiento y desapego.
La humildad:
aprender todos los
días La humildad no se trata solo de lo material, sino de reconocer que siempre
hay algo nuevo por aprender. Escuchar más y hablar menos nos permite absorber
conocimientos que pueden guiarnos hacia mejores decisiones.
En el contexto de la auditoría interna—como en cualquier profesión o aspecto de la vida—quienes
tienen un norte claro deben estar abiertos a aprender constantemente.
Autoconocimiento:
reconocer nuestras reacciones Autoconocerse implica entender
qué nos provoca, qué nos incomoda y qué nos hace reaccionar impulsivamente.
Muchas veces, el ego nos hace sentir que debemos imponer nuestro criterio sin
considerar otras perspectivas.
Si no trabajamos en nuestro autoconocimiento,
corremos el riesgo de tomar decisiones desde la emoción y no desde la razón,
afectando a quienes nos rodean.
Desapego:
soltar para avanzar El desapego nos
enseña a no aferrarnos a títulos, posiciones o reconocimiento. A veces, la
necesidad de demostrar lo que hemos logrado nos hace perder de vista lo que
realmente importa. Cuando nos desapegamos, dejamos espacio para que nuevas
oportunidades y aprendizajes lleguen sin la carga del ego.
El ego: una armadura peligrosa
Es cierto que el ego puede darnos confianza y ayudarnos a
posicionarnos profesionalmente, pero es una línea muy delgada entre el impulso
positivo y la soberbia que nos lleva a decisiones erradas.
Si no lo manejamos
con equilibrio, podemos afectar a otras personas e incluso dañar instituciones
enteras. Mí Conclusión Reflexionar sobre estos tres pilares—humildad,
autoconocimiento y desapego—nos ayuda a mantener la claridad en la toma de
decisiones y a evitar que el ego nos juegue en contra.
La clave está en
mantenernos en constante aprendizaje, escucharnos a nosotros mismos y soltar
aquello que no nos deja avanzar.
¿Qué opinas sobre este tema? ¿Has sentido
alguna vez que el ego ha influido en tus decisiones? Cuéntamelo en los
comentarios.
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