EN MEMORIA DE MI AMIGO AQUILES PONCE

AQUILES PONCE
,
LA REOLIGARQUIZACION
DE AL PORTER
(EL DESENLACE)
PANAMÁ, AÑO 2011


En una pasada vida muy agitada por
cierto que le tocó vivir a Al Porter
(nuestro personaje literario insignia} imprescindible Simbólico y protocolar)

-Al mismo lo recuerda como si fuera
hoy- no pudo evitar ser luchador.
Pero, no luchador de lucha libre, sino luchador social, en los espacios en los que le tocó ser. Esto, en primer lugar.

y ello fue así, o, le salió así (lo de ser luchador
social en los espacios en los que
le tocó ser) porque Al fue formado en
los cánones, normas y patrones del Catolicismo
escolar panameño. 

Pero, parece
que Al se los tomó muy demasiado
en serio. A tal punto que llegó, así, en un
transcurso vital pausado, a las playas del
marItsmo, a punta de ir preguntándose
y preguntándose.

Su evolución, pasó, sin solución de continuidad,
de las angustias y propuestas
medievales a las renacentistas, pasó por la Reforma Protestante, recorrió las visiones
hegelianas y feuerbachianas, y
llegó a las marxistas, pero sin saberlo.
Sin siquiera darse cuenta.

Humanismo y justicia constituían ejes
importantes de su interior y angustiosa
búsqueda.

Ésa fue la época en la que Al casi llega a
la conclusión de que una persona
marxista es alguien que, formado en su
infancia y juventud como católico, no paró
nunca de pensar y pensar, ni de reflexionar,
ni de confrontar el mundo en el
que vivió, con los valores y principios
que le fueron inculcados, durante toda
su niñez y juventud, desde la versión católica
del cristianismo. Pero, después, Al
ya no quiso pensar más en eso.

...Pues sí y para no alargarte el cuento
un buen día cualquiera (que en realidad
pudo ser no un l/buen día sino un mal
día) Al parece que se cansó (o se aburrió
lo cual no se ha podido establecer
muy bien) de participar en las luchas sociales
de luchar por la justicia social de
luchar contra las causas de la pobreza
de luchar por los cambios sociales positivos
y posibles por la ciencia por los
cambios espirituales interiores del ser
humano yasí.

Así que una tarde, decidió tomarse unos
tragos con unos amigos. Los reunió y estuvieron
dale que toma como hasta las
tres de la mañana del día siguiente, en
actitud como de despedirse, de decirse
adiós y despedirse..., pero, nadie ni sabía
ni supo nunca de qué.

En realidad Al se despedía de sí mismo
Bueno, de una parte de sí mismo.

En la mañana siguiente, efectivamente,
Al se despidió de su agitada vida, y de
sus amigos. A partir de ése nuevo día,
inició (bueno, al menos, lo intentó),
inició un proceso autogestionado no virtual
de reingeniería on-line en reoligarquización
prosopopéyica, que le vendieron
en módulos Interminables y carísimos.

Al nunca entendió lo que decían las letras
chiquitas de los módulos. Pero lo
que lo. deprimió profunda y contundentemente
fue el hecho de que tampoco
entendió lo que decían las letras grandes.
Al no .dejaba de hacer, simultáneamente,
esfuerzos materiales, de ahorro, de pose
y estilo, de nudos de corbata, de tenis,
de golf, de desgustaciones, de langostas,
de aletas de tiburón, de cafes, y de vino 

Al, vino y se fue de viaje, cazó cuanto
animal gigantesco y famoso hubo. Se fajó
con otros 'más chicos, y así. Ya la gente
empezaba a verlo como algo raro. Pero
no como oligarca, sino como loco. Algunos
decían que era un señor sudafricano desadaptado.
Como al año y medio de éste intenso esfuerzo
interior y material desgastador y
extenuante, Al se dio cuenta -o llegó a la
conclusión- de que en el andar y en el
camino anterior de su larga vida, había
olvidado lo que era ser oligarca.

Hasta que un día, vino un amigo (a quien
Al reencontró mientras caminaba y daba
un paseo por las playas y los manglares y
roqueríos y barrancos y acantilados de
Juan Hombrón), y el amigo le dijo: ff...Alf
en primer lugar, deja de decir Yoni
Bigman Beach... ésta vaina se llama Juan
Hombrón, y punto.

Además, Al, déjate de hablar pendejadas,
tú no has olvidado nada. No es que
se te .haya olvidado cómo eras cuando
eras oligarca. Lo que pasa es que ni tú, ni
tu familia han sido, jamás, oligarcas.

¿Reoligarquizarte? Já!, Déjame reírme.
La verdad, Al, es que nadie puede volver
a ser lo que nunca fue.

Al se quedó pensando, y miraba al horizonte,
miraba al manglar, se reía con los
cangrejos, bueno, de los cangrejos, contaba
los cuacos, las tijeretas, las olas. Se
despidió de su amigo, no sin darle las
gracias, y regresó a su casa.

Fue así que Al decidió, al final de sus
días, mejor volver a ser luchador, luchador
social, y no intentar volver a ser lo
que nunca fue.

Dicen que fue a,sí como Al se metió de
lleno, ya viejo, a tratar de detener y contener
los problemas de la bomba migratoria,
a tratar de entender' los intríngulis
y maniobras de la importación y producción
de arroz, caña de azúcar sin cáscara,
café, mangos, habichuelas, el pelado automático
de cebollas, a sensibilizar con
cuñas sobre la inseguridad alimentaria,
sobre la inseguridad-inseguridad, sobre
la inseguridad sanitaria; abordó, como
de soslayo, las complejidades e incomprensibilidades
de las reglamentaciones
electorales, se preguntaba sobre qué era
la democracia, sobre qué era y cual era
el papel del Estado en la economía, se
hizo abogado para entender todo lo relacionado
con la llamada Cuestión de la
Playa "Yoni BigMan Beach" (de la que
dicen los lugareños que un día vino, durante la noche, una enorme ballena, seis
tiburones y tres lagartos, y se la comieron,
y se la engulleron, y así, hasta esperaron
que amaneciera, y allí, sí, se fueron.
Cuentan que después de eso, ya allí no
hay nada, nada, sino un hueco, un gran
sacado, un enorme e insondable hueco,
pero en el corazón de todos.


JUAN AQUILES PONCE FRANCO
PANAMA, INVIERNO DEL AÑO 2011

Comentarios

Entradas populares