Cuando necesitas hablar con el Padre

Siempre que me levanto de mi cama, doy gracias a Dios. Hago un breve listado de las capacidades que me ha dado. Poder estar de Pie, Poder hacer el desayuno, besar a mi hijo y mi esposo y acariciar a mi perro. Dios que afortunada SOY!

A veces, no lo niego, las deudas agobian, los compromisos nos ponen a mil, y las malas relaciones con otras personas en ocasiones puede intoxicarnos, o sencillamente perdimos el rumbo de nuestra misión aquí en la Tierra.

Cierra los ojos, imagina que tienes una Luz sobre tu cabeza, llamala Padre Celestial y conversa con él.

Enfoca tus miedos y preocupaciones y haz preguntas, llora y sobre todo busca la respuesta. Al principio las emocioens no nos dejan pensar con claridad y sólo nos quedamos en las lágrimas, pero debes concentratre y buscar la respuesta. Pídele a Dios esa respuesta y espera. Confía y Tranquiliza los pensamientos.

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